lunes, 19 de mayo de 2014

La oscura hipótesis sobre el avión malasio de la que no hablan los medios


Entre los 239 pasajeros viajaban cuatro socios de uno de los clanes financieros más poderosos del mundo. Con su muerte, la quinta parte heredó el 100% de una patente de semiconductores.
¿Hay una pieza que falta en el rompecabezas del caso sobre el avión de Malaysia Airlines? ¿Los grandes medios internacionales son controlados por personajes que desconocemos? ¿Hubo otros intereses que motivaron a la desaparición del avión más que un piloto suicida o un ataque terrorista?

Todos los interrogantes surgen a partir de una extraña investigación que de un día para el otro, sin pruebas claramente visibles, dio por sentada la destrucción total de la nave y la muerte de todos los que iban a bordo, sobre una investigación realizada por una empresa británica.

Un dato que destacaron pocos medios alternativos mundiales -fuera de las grandes agencias con principales capitales en Washington y Londres- fue la existencia de cuatro altos empresarios chinos que viajaban en el MH370.

Se trata de cuatro empleados de la empresa Freescale Semiconductor, de Austin, Texas. Esa firma pertenece a la multinacional Blackstone, cuyo propietario es el famoso multimillonario y financista de Wall Street, Jacob Rothschild.

Los Rothschild son una dinastía de financistas y banqueros ultracapitalistas fuertemente ligados a otros personajes como John D. Rockefeller o George Bush, con base en Londres, pero fuerte presencia en Wall Street y en toda Europa.

Fueron los propulsores del Nuevo Orden Mundial, iniciado con la creación del Sistema de Reserva Federal en EEUU, y aparte de ser financistas de Monsanto y la industria farmacéutica, también están vinculados con los principales medios de comunicación internacionales como Associated Press (AP), Reuters, Agence France-Presse (AFP), Agencia EFE, entre otras.

Cuatro días después de que el boeing de Malaysia Airlines desapareciera, una patente de semiconductores fue aprobada por la oficina de patentes de EE.UU.

La patente se divide en partes de un 20% entre cinco titulares: una es la propia empresa Freescale Semiconductor de Rothschild, y las otras cuatro, entre los chinos Peidong Wang, Zhijun Chen, Zhijong Cheng y Li Ying, todos ellos de la ciudad de Suzhou, todos ellos pasajeros del MH370, todos ellos, aún, desaparecidos. Para el gobierno malasio y los investigadores ingleses, muertos.

Si un titular de la patente muere, entonces el resto de los titulares comparten en partes iguales los dividendos del fallecido, si no se disputa un testamento previo a su muerte. Si cuatro de los cinco titulares mueren, sus partes pasan al único que queda vivo. Por ende, el 100% de esta patente -aún desconocida- pasaría a pertenecer a los Rothschild.

Sumado a esta casualidad, está el marco de una investigación que sólo puede catalogarse de "rara". Con satélites que pueden llegar a leer lo que dice un periódico en cualquier ciudad del mundo, pero que no pueden encontrar a una aeronave completa ni a ninguna de sus partes o pasajeros.

Con pruebas avistadas por aeronaves chinas, pero que increíblemente no pueden ser encontradas por el mejor avión de patrulla marítima de EE.UU. ni por la búsqueda intensiva de una decena de países.

De repente, de un día para el otro, el primer ministro malasio dio la noticia que el avión había sido estrellado y todos los que iban a bordo habían muerto. A los familiares de las víctimas, se les avisó mediante mensaje de texto en inglés, de una forma muy extraña.

Los familiares de los que viajaban en el avión presenciaron una marcha hacia la embajada de Malasia en Pekín y hacia las oficinas de la aerolínea, pidiendo "pruebas fehacientes" de la destrucción del avión y hasta en algunos casos diciendo "no creer" nada de lo que decían las autoridades.

Mientras tanto, lo único que queda del boeing de Malaysia Airlines son sólo interrogantes. Signos de pregunta en medio de un mar de dudas e hipótesis, ya descartadas por los grandes medios y los gobiernos occidentales, pero todavía presentes en los sentimientos de la gente.

Fuente : diarioregistrado.com

Actualizacion 19/5/2014

Nueva hipótesis del desaparecido avión de Malaysia Airlines: ejercicios militares



A esta conclusión llegó, tras una investigación periodística, el autor del primer libro dedicado a la misteriosa desaparición del vuelo MH370, el australiano Nigel Cawthorne. Su obra, cuyo resumen ha sido publicado por el periódico 'The Sydney Morning Herald', saldrá a la venta mañana lunes.

Entre otros argumentos, el escritor cuenta con el testimonio del operario neozelandés de una plataforma petrolera del golfo de Tailandia, Mike McKay, quien vio a un avión de pasajeros en llamas a la 01:21 (hora local). Precisamente en aquellos momentos los radares de los servicios terrestres de la aviación civil perdieron la señal del vuelo malasio.

La fecha coincidió con los ejercicios militares conjuntos estadounidense-tailandeses a los que también debían asistir expertos militares de China, Japón, Indonesia y otros países. El mundo no fue informado sobre sus resultados ni el área exacta donde se llevaron a cabo.

"El simulacro debía implicar la imitación de un conflicto armado en tierra, en el agua y en el aire, e incluiría ejercicios con fuego real'', agrega Cawthorne.

Una vez impactado por algún arma en el mar de China meridional, el avión no tendría la más mínima oportunidad de lograr llegar a las aguas del océano Índico, donde lo buscaron durante semanas.

"Ahora, no digo que esto fue lo que ocurrió, pero si una caja negra se encuentra, ¿quién podrá decir que será del vuelo MH370?", se pregunta el autor del libro.

"Otra caja negra bien podría haber sido arrojada al mar a mil millas al oeste de Perth (el puerto australiano situado más cerca del área de la supuesta precipitación del avión) mientras estaban realizando la búsqueda en el mar de China. En estas circunstancias, con la cantidad de desinformación que se difunde por el mundo, es mejor ser escépticos''.

"Nadie quiere un escándalo semejante al de Lockerbie" (que envolvió al vuelo 103 de Pan American explosionado por terroristas en 1988 en pleno vuelo), sostiene Cawthorne. "Por lo tanto, los implicados tienen sus razones para callar sobre lo sucedido''.

Además, el autor insiste en que el avión desaparecido podría haberse encontrado sin dificultad alguna si la compañía aérea hubiera actualizado el programa de localización de la aeronave, invirtiendo tan solo diez dólares por cada avión. El software usado por Malaysia Airlines estaba desfasado, según sus datos. Y el ahorro en su actualización llevó a unas pérdidas de casi 136 millones de dólares, recientemente declaradas, a raíz de la desaparición del avión y las medidas emprendidas para localizarlo.

Fuente:rt.com

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